miércoles, 25 de diciembre de 2013

Una mujer peculiar

La intensa tonada de la puesta del sol se vio como la sangre el día de hoy... Pude ver la tonada ya que a esa hora los rayos UV no son tan tóxicos para mi piel (Tal vez porque además acaecía invierno y la brisa invernal me protege)
Curiosamente, junto a ese color inusual, pude ver la silueta de una posible víctima... Una mujer que deambulaba errática por las calles... Como si no supiera dónde estaba... Pensé en ese momento "¿Estaría drogada?...Da lo mismo... Parece una presa fácil".
Espere que la noche se marcara más en el horizonte antes de atacar, mientras, sólo me dediqué a seguirla desde una distancia prudente, evitando también las miradas que los pocos paseantes de esa hora fijaran en mi aspecto, su atención.
Había algo en esta mujer extraño... Parecía pedir ayuda ... Pero la gente sólo la esquivaba cuando ésta les agarraba el vestido o intentaba iniciar una conversación...
Tras varios intentos para conseguir ayuda, aparentemente la mujer se resignó y tomó desde el suelo un bastón que, aparentemente, ella misma había dejado ahí, y se dispuso a caminar haciendo pequeños tactos con la punta del bastón sobre el piso en el que ella caminaría posteriormente.
Cuando supuse que era un momento adecuado para acercarme, se me adelantó un hombre de mal aspecto que salió de forma improvisaba de una de las esquinas del callejón por el que ambos deambulábamos.
-"eeeh... ¿Qué hace una mujer tan hermosa sola a estas horas de la noche?"- Acto seguido, le agarra el brazo con el que sostenía el bastón
- ¿Quién es usted?, por favor, déjeme continuar mi camino, soy pobre, no tengo dinero para darle...
- ¡¿Y quién dijo que quería tu dinero, preciosa?! - Mientras, el hombre le arrabata el bastón y empuja a la mujer contra la mugrienta pared y comienza a manosearla sobre su humilde vestido.
- ¡Por favor, se lo ruego, déjeme!... ¡Por favor no! ¡Tenga piedad de mí!

Había entendido entonces que la mujer estaba mendigando en la calle antes y el tipo que tenía enfrente intentaba aprovecharse de ella...

Por un momento, me dediqué a observar la escena de esta mujer que lloraba y se resistía a esas manos grandes y sucias que le intentaban arrancar los harapos que llevaba puestos. Luego de un breve forcejeo, el hombre de barba y gordo le logra, contra su voluntad, levantar el vestido y fuerza a la mujer a tomar una postura poco decorosa, previo para un acto sexual.
No sé si fue instinto o, tal vez, compasión, pero no pude seguir sólo observando... Me acerqué lentamente a este hombre mientras se encontraba ocupado intentando consumar una penetración, para lograr alejarlo de la mujer de un tirón de sus ropas.

El hombre, estaba ebrio, por lo que no fue difícil empujarlo y botarlo al suelo sobre un basural acumulado en el lado contrario dónde tenía a la mujer inmovilizada.
El hombre, de un salto se incorporó rabioso para comenzar a pelear conmigo adoptando una postura de combate y subiéndose lo mejor que pudo sus pantalones, pero pronto se le quitó ese aspecto combatiente cuando vio mi rostro.... Ví como el rubor de sus mejillas desarapecía y sus pupilas se ensanchaban...

- ¿Qué... Qué demo.... cosa eres?...

No respondí...Sólo atiné a sonreír haciendo notar mis incisivos... mis enormes incisivos... y extendí mis manos haciéndole una invitación a acercarse y averiguar qué es lo que estaba enfrente suyo...

















(imagen de: http://nosferatuonstage.blogspot.com/)

El hombre no insistió, salió corriendo despavorido hasta perderse en la oscuridad del callejón.

Tras esa breve pelea, me voltié hacia donde estaba la mujer, quién estaba sollozando en el suelo mientras intentaba volver a cubrirse.
-¿Logró hacerte algo? - Dije, agachándome y poniendo mi rostro justo frente al suyo. Incitando adrede el miedo para que ella se corriera... Pero no lo hizo... Me miró con sus pupilas vacías y me dijo:
"No logro hacerme nada....Gracias... Muchas gracias, noble caballero..." 

Fue entonces que recíen pude atar los cabos sueltos y todo comenzó a tener sentido... Era ciega. 

lunes, 11 de noviembre de 2013

Conociéndola

En una oportunidad, mientras mi maestra y yo cenábamos, sentí la curiosidad de conocer más sobre ella… Su historia antes de morir o cómo fue que llegó a convertirse en lo que tenía enfrente.
-          Maestra,  yo… 
-          Rosalie – Me dijo – Llámame Rosalie… Ese es mi nombre…
-          Rosalie…
Era un nombre poco común para un ser que vive en un puerto de un país subdesarrollado.
-          Rosalie… Yo quiero saber más de ti…
-          ¿Para qué? – Me respondió con un toque de frialdad - ¿Por qué quieres saber de mí?...
-          Curiosidad – Respondí- Quiero conocerte un poco mejor y  así poder decidir si puedo confiar en ti…
-          No puedes confiar en un Vampiro… – Me vuelve a responder de forma distante – Algún día tú o yo podemos entrar en discordias y asesinarnos el uno al otro…
-          Es posible, pero no en este momento… ¿o sí?...
-         

Se formó en esa breve conversación un breve silencio incómodo, pero que me pareció que a Rosalie le parecía aún más desagradable… Incluso noté un breve rubor en sus mejillas, a lo cual antes de que pudiese agregar palabras, ella continuó:
-          Yo llegué a este puerto hace varios años, ya casi no lo recuerdo… En aquélla época llegamos muchos inmigrantes buscando mejores oportunidades de trabajo y de vida…
-          Entonces no eres chilena…
-          -          No… Soy francesa…Llegué a este país en un barco mercante con mi familia…  Estuve un tiempo viviendo en el sur, pero por diversos motivos, migré y terminé instalándome acá en Valparaíso.
-          -        ¿Y a qué te dedicabas?
-          -       Mi familia era artesana, pero yo quería ser algo más… Quería ser actriz… Viajé a la zona central buscando oportunidades de trabajo y … -En ese momento hizo una breve pausa acompañado de un suspiro – fue aquí que conocí un tipo que me dijo muchas cosas que en esa época me embriagaron de ilusiones y tras muchas conversaciones, me prometió presentarme a un director conocido suyo para iniciar una entrevista y poder entrar al mundo del espectáculo…
-         -       Y… Supongo que ahí comienza tu otra vida…
-          -      Sí… Me habían engañado… Caí en brazos de un Nosferatu gordo y asqueroso…

Cuando me contó toda esa situación, fui imaginando como una hermosa mujer se pudo ir transformando en lo que veían mis ojos tras el abrazo… Una mujer raquítica sin cabello, largas orejas y pústulas en las mejillas como decoración, pero conservando unos profundos ojos azules.
No quise preguntarle sobre detalles al respecto de la transformación, pero imaginé que pudo haber sido tan desagradable como fue en su momento la mía… Tampoco quise indagar sobre su Sire, pero ella se anticipó a mis pensamientos y prosiguió:
-          Si te estás preguntando en cómo terminé en lo que soy, has de imaginar algo similar a cómo tu recuerdas tu propia transformación… fue doloroso, desagradable y  repulsivo… Aún recuerdo el rostro de ese gordo asqueroso y me dan nauseas. Su cara aún está en mi memoria como una horrible pesadilla que revives al acostarte…
Por lo menos me consuela el hecho de que ese vampiro ya no existe…
-          ¿Murió? ¿Cómo…?
-          Te lo dije anteriormente… Nunca confíes en un Vampiro… Algún día una pequeña discordia, puede terminar en asesinato…


Tras el último comentario, supe a lo que se refería y dejé que el viento cerrara la conversación con muchas ideas en mi cabeza revoloteando.

sábado, 9 de noviembre de 2013

Bestia

Ha pasado un año entero desde que Pamela falleció y desde que abracé la bestia que intentaba enjaular...
Ya perdí la cuenta de cuántos he asesinado; vagabundos, prostitutas, drogadictos, parejas nocturnas... Es lo mejor que he logrado conseguir en medio de la noche... La sangre de estos no es tan agradable como la de un humano jóven, virgen y sano (Eso es lo que dice mi Sire), pero por lo menos me apacigua el hambre que ha veces me vuelve loco...
Mi maestra a veces me acompaña en alguna de mis rondas nocturnas y, si mi imaginación no me engaña, he notado que su rostro expresa placer cada vez que consigo una victima con mis propios métodos sin necesidad de que ella intervenga.
Es cómo si disfrutara observar que cada vez me parezco más a un animal...



No es que me agrade matar, es sólo que... Cada vez pierdo más esos sentimientos de remordimiento y culpa...